Cobre refinado de Chile quedó excluido del arancel de Donald Trump

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Estados Unidos resolvió excluir al cobre refinado procedente de Chile del nuevo esquema arancelario impulsado por el expresidente Donald Trump durante su actual campaña para regresar a la Casa Blanca. La medida fue anunciada tras una ronda de negociaciones bilaterales, en la que las autoridades chilenas lograron justificar que el tipo de cobre exportado por su industria no entra en conflicto con los intereses del mercado estadounidense.

La decisión, que ha sido interpretada como un gesto positivo hacia las relaciones comerciales entre ambos países, representa un alivio para el sector minero chileno, que veía con preocupación la posibilidad de una carga impositiva adicional que afectara su competitividad internacional. El cobre refinado representa una parte significativa de las exportaciones totales de Chile y constituye un componente clave del superávit comercial con Estados Unidos.

En su campaña, Trump ha manifestado nuevamente su plan de aplicar un arancel del 10 % sobre todas las importaciones, con el fin de resguardar la industria estadounidense, impulsar la fabricación local y disminuir el déficit comercial. No obstante, varios sectores económicos de Estados Unidos, junto con gobiernos aliados, han señalado que una medida así podría generar represalias, impactar negativamente en las cadenas de suministro y aumentar los precios para los consumidores.

En este contexto, Chile logró sostener que su cobre refinado no compite directamente con la producción interna de Estados Unidos, la cual es insuficiente para cubrir la demanda industrial, especialmente en sectores estratégicos como la construcción, la electromovilidad y la transición energética. Por tanto, el insumo chileno es considerado más bien complementario y esencial para el buen funcionamiento de la economía estadounidense.

El cobre refinado chileno goza de altos estándares de pureza y sostenibilidad, elementos que también jugaron un rol en las conversaciones con Washington. Empresas del rubro han realizado importantes inversiones en trazabilidad, certificación ambiental y mejoras tecnológicas, lo que ha posicionado al producto chileno como una alternativa confiable en los mercados más exigentes.

A pesar de esta excepción favorable, aún persisten incertidumbres respecto a qué ocurrirá con otras formas de cobre que Chile exporta, como cátodos o concentrados. La administración estadounidense indicó que esas modalidades aún están bajo evaluación y podrían ser objeto de medidas futuras, dependiendo de los resultados de los estudios técnicos y de las condiciones de negociación bilateral.

Por su parte, el gobierno chileno manifestó su deseo de continuar impulsando convenios comerciales que aseguren un acceso libre y seguro a los más relevantes mercados globales. La nación andina ha desarrollado una política exterior inclusiva, con acuerdos de libre comercio establecidos con más de 60 economías, lo que ha posibilitado diversificar los lugares de exportación y reducir los efectos de políticas proteccionistas en todo el mundo.

Chile se caracteriza por tener al cobre como su producto de exportación más relevante, siendo un pilar esencial de su economía. El metal rojo representa cerca del 50% de los ingresos obtenidos por ventas externas y contribuye de manera notable a las finanzas del Estado mediante impuestos, regalías y beneficios de las compañías estatales. La constancia en sus exportaciones resulta, por ende, crucial para el bienestar macroeconómico de la nación.

El ámbito minero en Chile se encuentra vigilante ante situaciones externas, especialmente durante una etapa de transformaciones geopolíticas y evaluación de redes de suministro estratégicas. En este escenario, la exención de aranceles para el cobre refinado con destino a Estados Unidos es considerada no solo como un éxito específico, sino también como un indicador de confianza en el vínculo bilateral y en la excelencia de la industria chilena.

En paralelo, las autoridades chilenas seguirán monitoreando los desarrollos de la política comercial estadounidense, particularmente de cara a las elecciones presidenciales de 2024, donde el rumbo de las relaciones económicas podría verse afectado según quién resulte vencedor. Por ahora, el país se anota una victoria diplomática y comercial que fortalece su posición en uno de los mercados más importantes del mundo.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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