Crece la actividad comercial y la industria sube, aunque la minería baja

https://cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/copesa/EEQBDAZLHVEBTHSD744ITQQFJ4.JPG

En junio, la economía de Chile presentó indicios variados, con un aumento en el comercio y en la producción industrial, contrastando con una caída en el desempeño de la minería. Estos números reflejan una transformación en la dinámica de los sectores productivos más importantes del país, dentro de un entorno influido por retos internos y externos.

El comercio se destacó como un impulsor clave del avance mensual, presentando un notable incremento gracias a un aumento en el dinamismo de las ventas al por menor y al por mayor. Este comportamiento indica una revitalización del consumo privado, facilitada por una mejora en la confianza del consumidor y una estabilidad en los precios de los productos duraderos y semiduraderos. La recuperación en este ámbito también está vinculada a un acceso más favorable al crédito y a una disminución gradual de las tasas de interés, lo que ha incentivado las decisiones de compra de las familias.

En paralelo, el sector industrial experimentó un crecimiento sostenido, impulsado principalmente por la manufactura. Las cifras del mes reflejan un aumento en la producción de alimentos, bebidas y productos químicos, así como una mejora en la elaboración de maquinaria y equipos. Este repunte industrial está relacionado con una mayor demanda interna y externa, y con una recuperación gradual de las cadenas de suministro, que habían sido afectadas por disrupciones en años anteriores.

No obstante, el sector minero mostró un desempeño negativo durante el mes analizado. La producción de cobre, principal producto de exportación del país, sufrió una disminución, debido a menores leyes minerales y a inconvenientes operativos en algunas faenas de gran escala. Este retroceso impacta de forma directa en los indicadores globales de actividad económica, dado el peso estructural que tiene la minería en la economía nacional.

A pesar del retroceso en minería, el Índice de Producción Industrial (IPI) global mostró una variación positiva en términos anuales, gracias al impulso de la manufactura y la generación eléctrica. Este último sector también tuvo un comportamiento favorable, apoyado por mejores condiciones climáticas que permitieron una mayor generación hidráulica, así como un uso más intensivo de fuentes renovables no convencionales.

La mejora en el comercio y en la industria manufacturera podría ser un indicio de que ciertos segmentos de la economía comienzan a salir de la fase de desaceleración experimentada en los últimos trimestres. Sin embargo, la persistente caída de la minería plantea un riesgo para la consolidación de una recuperación más robusta y sostenida. El desempeño del cobre, en particular, continúa siendo sensible a factores internacionales como la demanda china, la evolución de los precios en los mercados globales y los conflictos laborales en el ámbito local.

El balance general para junio sugiere que la economía chilena transita por un sendero de moderada reactivación, aunque con una marcada heterogeneidad entre sectores. El comercio parece beneficiarse de un entorno de mayor estabilidad macroeconómica y una leve recuperación del empleo, mientras que la industria manufacturera encuentra oportunidades en la reconfiguración de las cadenas productivas. En contraste, la minería sigue expuesta a un escenario de volatilidad estructural que limita su aporte al crecimiento.

De cara a los próximos meses, los analistas esperan que se mantenga la tendencia de mejora en los sectores no extractivos, aunque con un ritmo moderado. La atención estará puesta en la evolución del consumo privado, el comportamiento de la inversión y las señales que entregue la política monetaria respecto a nuevos ajustes en la tasa de interés. Asimismo, el desempeño minero seguirá siendo clave para proyectar con mayor precisión el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hacia el cierre del año.

En este contexto, el gobierno y los distintos actores económicos observan con cautela las señales del mercado laboral, la inflación y el tipo de cambio, variables que podrían incidir directamente en la recuperación o estancamiento de determinados sectores. La evolución del panorama global, especialmente en lo referido a la demanda de materias primas, también será determinante para definir la velocidad y el alcance de la reactivación económica chilena.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

Entradas relacionadas